Cómo seducir a una chica sin palabras

Tal vez para algunos lo más difícil de la seducción sea qué conversaciones tener con la persona a la que quieres seducir o de qué hablarle. Pero para otros es mucho más complicado saber cómo seducir a una chica sin palabras. Quien tiene facilidad de palabra la usa como su arma personal de seducción. Pero quien no la tiene o no puede aplicarla en ese momento necesita conocer a fondo los secretos de la seducción usando el lenguaje corporal.

Se puede seducir de muchas manera, con palabras, sin palabras, con una mirada, con una estrategia bien planificada y aplicada durante un tiempo… De todas ellas no podemos hablar en este artículo así que te recomiendo nuestro libro en el que aprenderás todo lo necesario para conocer a las mujeres y poder seducirlas, a cada una como necesita.

En nuestro artículo de hoy vamos a hablar de cómo seducir a una mujer sin palabras. Da igual el motivo que te lleva a tener que intentarlo, se me ocurre que puedes no ser bueno comunicándote o muy vergonzoso, pero eso es algo que también tendrás que solucionar… cuando la seduzcas querrás hablar con ella. Aunque puede que se trate de un juego y que el lugar donde os veis o las circunstancias en las que lo hacéis no propicien la charla.

Puede llegar a ser muy estimulante seducir a alguien durante un largo periodo de tiempo, con paciencia, día a día, encuentro a encuentro. Ya llegará el momento de hablar, de charlar y de contaros vuestras cosas, pero cuando llegue la tendrás totalmente rendida a tus pies, con ganas de saber mucho más de ti.

Para empezar debemos hablar de la mirada. Seducir a alguien en una situación en la que no puedes hablar con ella exige muchas miradas, intencionadas y bien dirigidas. Mírala, que note que la miras. Juega al despiste dos o tres veces. Si los encuentros son muy fortuitos tendrás que mirarla intensamente, cada vez que la veas.

Cuando ya lleves unas cuantas miradas, depende de la situación, pueden ser diez minutos o tres días, sonríes en plan me has pillado. La próxima vez que te pille piensa «eh!, pero es que tú también me miras!» indícaselo con una sonrisa pícara y una mirada intencionada. Algún gesto poco perceptible de la cabeza también ayudará.

Si quieres tenerla interesada y hacer el juego algo más intenso no hagas nada de esto demasiado evidente. Sé muy sutil. Ella lo percibirá pero dudará sobre lo que ve, ¿es así o no?. Eso la llevará a pensar más en ti, en fijarse mucho más para descubrir si es a ella a quien miras, si le estás diciendo algo o no.

Tu postura también es importante, los gestos que hagas, tu lenguaje corporal le indicará también muchas cosas.

Sonríele siempre, inclina un poco la cabeza cuando lo hagas. Permite a tus ojos brillar cuando la ves. Vamos, se trata de no disimular lo que sientes por ella, si ella te gusta eso te llevará a mirarla con un brillo especial en los ojos, es algo físico, que no podemos evitar. Pero podemos disimular tras unas gafas de sol o evitando mirar directamente a alguien.

Deja que tu cuerpo se exprese. Solemos ser mucho más sinceros con el lenguaje corporal que con el lenguaje verbal. La mayoría de nosotros controla más o menos la comunicación verbal, dentro de un gran abanico de posibilidades todos tenemos la comunicación verbal bastante asumida. Los habrá expertos, que usen un vocabulario siempre técnico o científico y los hay que hablan con una jerga totalmente de barrio, por ejemplo, que harían complicado el que el primero, tan técnico les entendiera.

Sea como sea todos tenemos esa capacidad y hemos aprendido a mentir desde pequeños. Conocemos el significado de todas las palabras que decimos y por tanto podemos elegir unas en lugar de otras. Pero nuestro lenguaje corporal es algo que no tenemos en cuenta, que no conocemos y que por tanto no controlamos.

En algunas ocasiones sí tenemos claro que si hacemos tal cosa demostramos tal otra. Y evitamos mordernos las uñas para no parecer nerviosos o cruzarnos de brazos para no parecer desinteresados. Pero no vamos más allá y no controlamos qué dice nuestro cuerpo mientras decimos algo diferente a lo que pensamos.

Así pues, deja que tu cuerpo se exprese y no cortes tu lenguaje corporal.

Pasados los primeros encuentros,  cuando las miradas y las sonrisas sean algo habitual puedes tratar de crear un vínculo, que ella cada día espere tu mirada y tu sonrisa. Un día pasas cerca de ella y la rozas. Es posible que se gire a mirarte. Sonríe y guíñale un ojo.

Habrás dado un paso más allá. La próxima vez que la veas puedes pasar por su lado y decirle hola, como quien no quiere la cosa. Sigue con las miradas y las sonrisas. A estas alturas puede que ya sea ella la que se acerque a ti para hablar contigo.

No se trata de parecer tímido, sino de buscar la manera de propiciar un encuentro, deseado. De conseguir que ella desee que llegue ese encuentro. Que llegue el día en que pases de las miradas y te dirijas a hablar con ella.

Durante todo este tiempo lo que tienes que tener es algo de frialdad para poder analizar sus respuestas, saber qué va sintiendo ella y cómo responde a tu seducción.

Cuida tu imagen y colócate bien la camiseta, la corbata, el pelo… demuéstrale que te importa con pequeños gestos y sobretodo sonríe y no apartes la mirada cuando ella te mire. Pero es muy importante que no la incomodes. No apartar la mirada al momento no significa aguantársela durante minutos. Simplemente no huyas cuando dejes de mirarla sonríe. Una miradita un poco lasciva tampoco hace daño, pasadas las primeras miradas.

Si la seduces a lo largo de varios días, es ideal puesto que cuando la encuentres especialmente guapa, puedes que ella se esté arreglando para ti, tú se lo puedes indicar con la mirada. Eso sí, sé discreto y respetuoso. Poco a poco la irás conquistando.

Cuando llegue el momento de hablar con ella te recomiendo que te hayas preparado y tengas seguridad en ti mismo, una buena manera de conseguirla es mediante nuestro libro Todo sobre ellas  gracias al que conocerás todos los secretos para saber cómo hablar con una mujer y cómo actuar con ella.