Los conflictos son ese elemento presente en el cual hay dos partes que pujan por cosas distintas.
Hay conflictos internos en los cuales la persona se enfrenta a dos aspectos en pugna, a dos deseos, o a un deseo y el sentido de realidad, etc.; de la misma manera hay conflictos que tienen por protagonistas a dos personas, es decir, hay aspectos, intereses, motivaciones, etc, de dos sujetos que tienen un carácter diferente.
Decir que los conflictos de pareja son difíciles de eludir, no es más que constatar una realidad: son parte de la vida. Así alguien prefiere ver una película y el otro ir al teatro, argumentos a favor, otros en contra y se resuelve más o menos bien la salida de fin de semana…distinto es cuando existen aspiraciones, sentimientos, pensamientos, deseos, que cobran otra intensidad y profundidad y que van más allá de una confrontación por decidir quién se encarga de hacer las compras, a quién le toca preparar la comida o llevar los niños al colegio.
Conflictos en las relaciones de pareja
Cuando las divergencias comienzan a causar malestar, insatisfacción, frustración… pues tocan aspectos fundamentales de una pareja como las formas de hacer, sentir y pensar la intimidad, la pasión, el compromiso (aclaremos que nadie se separa por tener que ir al supermercado), bueno, ahí tenemos un problema que si no se atiende a tiempo, puede hasta generar la ruptura.
En el siguiente post te mostraremos ciertas herramientas que pueden ser de utilidad para mantener el equilibrio en tu relación de pareja…te aclaramos que no son fáciles de usar y se necesita que las dos partes se pongan juntos en la tarea; pero si quieren empezar a cambiar algo y a sentirse mejor, tal vez valga el esfuerzo.
La comunicación, el respeto, la complicidad, la pasión, son algunos de los componentes que las psicólogas subrayan como habilidades a desarrollar y que pueden contribuir a un buen relacionamiento en la pareja.
Lograr una buena comunicación es básico para estar con otro; ten en cuenta que comunicarse no implica sólo hablar, sino que supone tonos de voz, maneras de decir las cosas, supone un lenguaje corporal que va desde la mirada hasta la caricia. Entonces para emitir un mensaje ten en cuenta que hay otros componentes en juego que el contenido literal de eso que se trasmite.
Por ejemplo decir «te quiero» en tono de impaciencia, mirando el partido de futbol tiene otro significado que decirlo mirando a los ojos y con un tono de voz que acompañe ese sentimiento que se quiere hacer llegar.
Entonces, de la misma forma que existen maneras positivas de lograr la comunicación, las hay muy negativas. Tal es el caso de la coerción, esa forma de comunicación que sólo ve las propias necesidades en detrimento de las del otro a quien se lo somete o anula.
Así encontramos personas que siempre dicen que sí por miedo a amenazas y gritos. Otra forma negativa de comunicación son todas aquellas respuestas de carácter negativo que constituyen sarcasmos, humillaciones, amenazas, maneras de mirar despectivas, etc.
Por el contrario, las formas positivas de comunicación pueden hacer que el conflicto no cobre visos de malestar haciendo más fácil y agradable la convivencia y la vida en pareja.
Es importante resaltar algo positivo en el otro: un halago por algo bien hecho, una mirada libidinosa cuando hay un cuidado especial en el vestir o ante su nuevo corte de cabello, una palabra de cariño ante un día agotador o solamente porque te da la gana. No escatimes tomarle la mano, hacer un regalo o darle un besito allí donde sabes que le gusta… las buenas maneras conquistan y mantienen la unión…no hacen faltas amenazas, el camino más corto es el del afecto.