Hoy queremos hablar sobre cómo gestionar tu autoestima cuando no gustas a todos. Vamos a desdramatizar y a relativizar, algo que recomiendo que hagas de forma habitual, como parte de tus rutinas. Igual que lavas cada fruta antes de comértela y lo haces sin pensar, o te lavas las manos o respiras, tienes que aprender a hacer higienes mentales, y a recomponer tu autoestima cuando alguien la rompe, y más allá: no permitir que pequeñas cosas como no gustar a todo el mundo minen tu autoestima. Nuestra autoestima es frágil, aunque hay personas que la tienen a prueba de bombas, hay otras que solo necesitan un pequeño disgusto para que se desmoronen y pierdan lo que han podido construir. Desde ya te decimos que tu autoestima no puede depender de otras personas.
Tú eres el único juez y la única persona cuya opinión debería importante. No permitas que la opinión que otra persona tenga de ti cambie la que tú tienes de ti mismo. No busques explicaciones a sus formas de pensar, después te lo contaremos y verás como tú también lo haces con otras personas. La autoestima es algo frágil y más si la tienes débil y tienes subidas y bajadas habituales. Debes aprender a ser tu propio juez, a hacer las cosas y no depender de nadie que te de el visto bueno, a ganar seguridad antes de hacer las cosas y después, pase lo que pase. La autoestima es algo que te ayuda si la tienes buena y que te perjudica si no es así.
Además, tener la autoestima baja implica que puedes sentirte mal contigo mismo, que no soportes estar solo y que cada vez sea peor. La relación con los demás depende de tu autoestima y si esta no es buena, no podrás relajarte con otras personas ya que al verlo todo negativo y dudar tanto de ti mismo lo interpretarás todo de la peor manera, y eso solo consigue empeorar las relaciones. Para mejorar tu autoestima de una vez por todas y aprender mecanismos que te servirán de por vida, te recomiendo nuestro audio curso Cómo aumentar la autoestima.
Lo primero que vas a pensar es que a ti no te gusta todo el mundo. Hay personas que dicen que nadie les cae mal, o que muy poca gente les resulta molesta de verdad. Pero entre que alguien no te resulte molesto y que te guste tenerlo como amigo hay una gran diferencia. Debes intentar ser como aquella persona que no tiene sentimientos realmente encontrados con otras personas. Que todo el mundo le resulta pasable.
De este modo eres menos propenso a buscar defectos en la gente. Todos los tenemos. Si consigues que entiendas que alguien no te gusta, si necesidad de buscar defectos podrás aceptar y entender que otras personas sientan eso mismo por ti. No gustas a todo el mundo, y no hace falta tener defectos o caer mal para no gustar. Simplemente todos tenemos preferencias por tipos de personas sin necesidad de desear ningún mal a quienes no nos gustan. Si eres capaz de aceptar que no todo el mundo te gusta tendrías que entender que los demás sienten lo mismo contigo. Es así, y aceptarlo es liberados. Aprende a pasar de ello y sobre todo, a no intentar justificarlo. No les gustas y ya está. No hay más. No tiene mayor importancia.
Por otra parte también es importante darse cuenta de que muchas veces gustar o no gustar a alguien forma parte de la voluntad. En la primera parte del artículo te contaba que hay personas que no sienten especial desagrado por nadie, que todo el mundo les cae más o menos bien. Pero que si pueden elegir, no serán amigos de todo el mundo. Son persona que han aprendido a respetar, a tolerar y que saben lo necesario para poder convivir. Cuando te encuentras con personas a quienes deberías gustar y no te soportan, probablemente el problema no esté en ti sino en ellos. No son tolerantes, ni respetuosos ni han aprendido o se han interesado por conocerte realmente. Me temo que si a tu familia no le gustas probablemente el problema lo tengan ellos.
La familia es una de las causas más frecuentes de baja autoestima. Padres que trabajan demasiado para atender a sus hijos, padres que son inmaduros e irresponsables, padres demasiado exigentes o que no comparten la forma de ver la vida de los hijos… Seguro que entiendes perfectamente lo que te digo. Conozco muchas personas con gran valía que viven apenadas porque no consiguen gustar a su familia. El problema en alguno de esos casos es que los padres no aceptan su homosexualidad, o no aceptan que no haya seguido el negocio familiar o que no se haya casado… En otros casos el tema viene por envidia, padres que no aceptan que los hijos hayan llegado más lejos que ellos, que sienten que sus hijos si tienen más dinero o conocimientos que ellos y les “superan” les rebajan en algún sentido y se pasan el día machacando al hijo para demostrar quien tiene el poder.
Los problemas de autoestima en muchos casos también son por culpa de una pareja que no nos quiere y que nos maltrata psicológicamente. Muchos creen que tienen mala suerte con las parejas pero siempre se fijan en el mismo tipo de persona, creen que es lo que les gusta, pero en realidad solo son personas que van a mantener su autoestima baja, personas que confirman que no eres bueno, que no gustas a todo el mundo. Y es que cuando alguien siente que no le gusta a los que se supone que tendrían que quererle cree que, por extensión, no va a gustar a nadie.
Estaría bien que aceptaras las muestras de agrado que recibes de otras personas y que puedas ver las diferentes formas de verte que tiene la gente. Si a ti no te gusta cómo haces sentir a alguien o lo que te hace sentir porque no le gustas, piensa si realmente a ti te gusta esta persona. Quizás te gustaría que te gustara y te esfuerzas para que sea así, pero la otra persona no hace lo mismo. Y eso, ¿sabes qué significa? Que tu autoestima va a peor. Refuérzala con nuestro curso Cómo aumentar la autoestima y aprenderás que no puedes gustar a todo el mundo.