Todas las parejas pasan por fases. Las relaciones son así, tienen épocas mejores y épocas peores. Epocas en las que vas más cansado, en las que estás más preocupado, épocas en las que las discusiones son más frecuentes o épocas en la que todo parece más fácil y disfrutas de la relación de pareja como hacía tiempo que no disfrutabas. Las épocas buenas no son apreciadas por muchas personas, dan por hecho que la vida tiene que ser así y que lo bueno tiene que ser lo normal, una obligación. Pero no es así y lo normal debe ser tenido en cuenta como algo bueno, como algo bonito, porque que se conjugue todo para que nos sintamos súper bien es poco frecuente. Siempre hay algo de lo que preocuparnos.
Todos tenemos épocas malas, pero no sabemos superarlas, igual que no sabemos disfrutar de las épocas buenas. Hoy quiero contarte cómo recuperar a tu marido cuando sientes que tu pareja está en grave peligro. Cuando ya estás al borde de la ruptura o cuando la pareja se ha roto y solo falta dar el paso y decirlo en voz alta. Estos consejos son para aquellas parejas que ya lo dan todo por perdido y que se limitan a compartir su vida por inercia, por evitar complicaciones o por no romper la familia cuando tienen hijos pequeños o responsabilidades que no pueden afrontar por separado.
Recuperar la relación es posible si sabes cómo hacerlo, para ello usarás los trucos que te vamos a recomendar en este artículo, tendrás paciencia y perseverancia y recuperarás la pasión y la confianza en tu pareja. Por supuesto es algo que también tiene que intentar tu pareja, si no lo intenta por lo menos tiene que estar dispuesto a darte la oportunidad de que tú lo intentes y estar receptivo a los cambios. Si uno de los dos se niega a aceptar cambios y no quiere hacer esfuerzos por recuperar la relación no servirán de nada los esfuerzos del otro.
Lo primero que tienes que hacer es cambiar el patrón de comportamiento. Si hasta ahora tenías una actitud demasiado servicial con él, empieza a cambiar, no significa que te vuelvas descuidada pero sí que dejes que se apañe con ciertas cosas y pueda hacerlas a su gusto. Dale libertad y deja que respire.
Si siempre has sido muy posesiva, llega el momento de que no lo seas, de que seas un poco más relajada, o más cariñosa o menos exigente o menos pegajosa. Se trata de cambiar levemente para que él note ese cambio de actitud. Lo ideal es hacer un cambio que él valore como positivo, aunque no se dé cuenta al momento.
Tras eso deberás analizar cómo es la relación entre vosotros, qué tipo de conversaciones tenéis, cómo os habláis, si se siente reprimido, si siente que hay cosas que siempre hará mal y por eso ni siquiera intenta hacerlas. Puede que se ocupara más de los niños o de algo de la casa si no se sintiera siempre regañado o menospreciado cuando no lo hace a tu gusto. Este consejo vale para todo, no solo para tareas domésticas. Deja que tome la iniciativa y haga las cosas a su manera y trata de llevar con buen humor sus errores. Destaca los tuyos de la misma forma. Es una manera de cambiar la manera de relacionarse entre dos personas.
Intenta reavivar la pasión, busca la forma de que te vea atractiva de nuevo, que se sorprenda contigo, a la que tiene más que vista. Puedes necesitar un cambio de aspecto, de peinado, de color de pelo. No hagas locuras, simplemente arréglate y cambia un poco tu aspecto para renovarte para él. Que pueda verte con otros ojos.
Cuando la relación personal deja de ser tan tensa es más fácil estar relajado. Por ejemplo, si has discutido por la mañana porque no ha bajado la tapa del wc y si poco después le echas en cara que tienes que recoger los restos del desayuno y a la hora de comer te quejas de que siempre tienes que hacerlo todo tú, a la hora de merendar ambos estaréis más predispuestos a discutir porque no se ha acordado de comprar el pan para la cena o porque tú no has llamado al fontanero. Lo que sea. Las discusiones siempre conllevan más discusiones. El buen humor trae más buen humor.
Si en lugar de discutir tienes unas risas a primera hora, y después el desayuno, si a la hora de comer podéis tener una charla más agradable, no solo será más fácil que se acuerde del pan a la hora de cenar sino que llegará más relajado a casa. Tú también estarás más relajada y un día sin discutir aliviará la tensión.
Cuando por fin encadenas una serie de días sin discutir, con paciencia por tu parte y con cambios que hacen vuestra vida más fácil y menos exigente, puedes pasar al acercamiento. La intimidad en una pareja es algo básico y es lo que marca muchas veces la diferencia entre tu pareja y tu mejor amiga, por ejemplo. La confianza y las confidencias no siempre son exclusivas de la parea, pero sí el amor romántico y la pasión. Por lo que recuperar esa faceta de la relación será básica para que puedas recuperar a tu marido.
Intenta tomar la iniciativa y sorprenderle. Ya llevas días co tu cambio de imagen, cuidándote y tratando de parecer mejor a sus ojos, sintiéndote mejor tú misma y ganando seguridad en ti misma. Ahora se trata de usar esa seguridad y ese amor que sientes por tu pareja para trasladarlo a la zona más privada, las relaciones íntimas.
Si consigues mejorar la relación en ese aspecto y eres capaz de hacer sentir bien a tu pareja, conseguir que gane seguridad en sí mismo y que se sienta relajado, comprendido y feliz de nuevo, habrás conseguido la meta que tienen las parejas que es vivir su relación tranquilos, apoyándose uno al otro y con esa faceta íntima bien cubierta. Poco a poco vuestra relación mejorará. Solo tienes que acordarte cuando las cosas van bien y potenciar para que sigan así. Fíjate lo que funciona y no dejes de hacerlo. Cuando van mal, la clave son los cambios.