Hace unos días veíamos en nuestro artículo que gritar es un claro síntoma de falta de asertividad. No me cansaré de recomendaros un buen entrenamiento en asertividad. Es cierto que cambiar cuesta mucho esfuerzo, que puede que lleves muchos años siendo así pero para cambiar solo tienes que dar el primer paso. El empeño que le pongas se verá recompensado por resultados.
Debes tener paciencia contigo mismo y ser consciente de que nadie cambia de un día para otro, caerás y te volverás a levantar, te equivocarás, sentirás que no eres capaz… pero si insistes, si realmente lo quieres puedes conseguirlo. Si los gritos forman parte de tu vida y quieres erradicarlos te recomiendo que practiques la asertividad en todas las facetas de tu vida.
Para ello puedes comprar nuestro audio curso Cómo ser asertivo con el que entenderás qué es la asertividad, y aprenderás con ejemplos y buenos consejos a ponerla en práctica. Los ejercicios son imprescindibles, para hacer algo hay que practicar, así que empieza hoy mismo.
Si necesitas tips para dejar de gritar a continuación puedes leer algunos. Déjanos comentarios con tus opiniones o consejos.
Ser conscientes de nuestro problema
Ese es el primer paso necesario, seguro que ya lo sabes, para solucionar cualquier problema. No solo se trata de reconocer que tenemos un problema sino que se trata de saber reconocer cuándo nos afecta. Reconocer las situaciones en las que gritamos, saber qué hacemos justo antes de empezar a gritar… Una amiga me contaba el otro día que justo antes de explotar le pica el brazo y la nariz. Empieza rascándose con fuerza y acto seguido grita. Tus síntomas serán totalmente distintos, sus picores se deben a la aceleración del ritmo cardíaco que en las zonas donde hay más capilares se refleja en zona de picor. Seguro que has visto a alguien rascarse la nariz cuando miente o está muy nervioso. Es por eso mismo.
Así que lo que tienes que hacer es localizar los signos físicos y mentales que preceden a tus gritos. Es un trabajo duro, no te lo negaré ya que muchas veces estamos tan metidos en la cuestión que nos preocupa que no nos damos cuenta de nada más. Es por eso que gritas. Pocas veces gritamos con la conciencia de «me he enfadado y ahora voy a gritar». El grito es una respuesta natural. Para conseguir evitarla hay que detectar síntomas y situaciones.
Deja que los demás te ayuden, tu pareja o hijos pueden echarte una mano para avisarte de cuando te estás empezando a pasar.
Avisar a los demás de lo que vamos a hacer
Si lo haces público y explicar que vas a intentar dejar de gritar, los demás no solo te ayudarán a explicarte o a avisarte cuando gritas sino que tendrán más paciencia contigo y te apoyarán cuando lo necesites. Además comprometerse en público reafirma tu compromiso y lo hace más fuerte. Ya no estás tú solo frente a tu reto, hay un montón de gente que está esperando ver cómo lo haces y que se alegrará cuando lo consigas.
Ser analíticos
Para localizar el problema, para ver cómo solucionarlo, para, como decía antes, encontrar los síntomas que nos avisarán de que vamos a empezar a gritar. Tenemos que aprender a detectarlo y evitarlo a tiempo.
Reacción rápida
Controla el grito antes de que salga. Como te decimos siempre, si no eres capaz de hablar sin gritar, no hables. Sal de la situación que te provoca el grito y enfréntate a ella cuando estés más tranquilo. Reaccionar de forma rápida será lo que evite que grites. Reconoce los síntomas gracias al análisis que recomendaba en el punto anterior y en cuanto reconozcas los primeros síntomas evita el grito. Si no puedes salir de la situación aprende a callarte. Si no puedes hablar sin gritar no hables. No lo hagas. Reacciona rápidamente para evitarlo. No caigas en provocaciones. Haz algo que te distraiga.
Dejar de molestarse por todo
Para evitar gritar tienes que aprender a relativizar. Evitar que todo te moleste. Cuando lo consigues ves que realmente no había necesidad de gritar tanto ni por cosas que tienen tan poca importancia. Cuando veas la vida desde otro punto de vista verás que nada es suficiente para hacerte gritar. Todo se puede arreglar sin gritos. O casi todo.
Aprender a transformar la ira en otra cosa que no sean gritos
Si simplemente reprimes la ira, saldrá por otro lado, en forma de úlcera, de infarto, de dolor de cabeza… lo que sea. Aprende a transformar esa ira en energía, por ejemplo, para dejar paso a otras emociones.
El deporte no es que lo cure todo pero sin duda ayuda a deshacerse de la energía que a uno le sobra. Puedes practicar algún tipo de actividad como salir a correr. Eso ayudará a que liberes el mal humor y lo cambies por bien estar y buen humor.
La meditación es algo que también funciona muy bien para combatir el estrés y la ansiedad. Aprende a meditar para lograr un equilibrio emocional. Sentirse bien con uno mismo es importante para poder soportar el estrés y las distintas situaciones a las que nos enfrentamos día a día.
Objetivos pequeños
Márcate objetivos a corto plazo, no seas demasiado exigente. Revisa constantemente cómo lo estás haciendo. Sé crítico contigo mismo pero de forma constructiva. Como siempre, aprende a reconocer tus propios logros y a felicitarte cuando consigas alguno de tus objetivos.
La asertividad es el camino a no gritar. No se trata simplemente de contenerte y sacar la energía por otro lado sino de aprender a afrontar las cosas de otra manera. Cuando aprendas a expresar tus emociones y tus necesidades, cuando aprendas a decir no y a luchar por conseguir tus objetivos en lugar de los que te han marcado siempre los demás, cuando seas libre para vivir tu vida, de forma racional y pacífica, serás capaz de no gritar.
Trata de estar siempre de buen humor, de encontrar la parte positiva de las cosas y la asertividad estará mucho más cerca, si necesitas más consejos sigue nuestro audio curso Cómo ser asertivo.
Me ha encantado muchisimo quisiera hacer el curso.
Me gusto porque se que con estos consejos y la ayuda de Dios Boy a cambiaron muy buenos