Hoy te vamos a contar un modo de gestionar la ansiedad trabajando. Es decir, controlar la ansiedad mientras trabajas o realizas cualquier actividad. Sobretodo si tu ansiedad se deriva de la sobrecarga de trabajo.
Muchas personas sienten ansiedad ante lo desconocido, tienen miedo de morir, de enfermar, de perder a sus seres queridos… esa ansiedad deriva del miedo y tiene un origen y una solución distintas a lo que te proponemos hoy.
Vamos a ver qué tipo de problemas tienen o a qué se enfrentan las personas que son ansiosas y que podrían aplicarse este método para gestionar su nivel de ansiedad hasta llegar a controlarlo. Si te ves identificado en varios de estos puntos es probable que puedas intentar nuestra propuesta de hoy ya que puede funcionar para ti y ser una solución a tus problemas.
– nunca tienes tiempo para hacerlo todo, aunque cuanto más tienes por hacer mejor funcionas
– te cuesta concentrarte ya que siempre tienes la cabeza en otro lado y pensando en lo que tienes que hacer después.
– a pesar de tener la mente trabajando siempre a mil por hora te olvidas frecuentemente de cosas y te sientes fatal por ello. Te cuesta asumir que no puedes llegar a todo
– organizas mentalmente el planning a seguir mientras deberías estar centrado en otras cosas, tus plannings se tienen que readaptar constantemente porque no siempre eres realista planificando
– llegas tarde a los sitios y vas agobiado
– eres voluntarioso y siempre te ofreces para ayudar a los demás a organizar eventos, compra de regalos, cenas y ese tipo de cosas, que no hacen más que añadir problemas y responsabilidades a las muchas que ya tienes
– haces listas con las cosas que tienes que hacer y a menudo pierdes más tiempo planificando y volviendo a planificar cuando el primer plan falla que el tiempo que empleas llevándolo a cabo.
Analizar cómo has llegado aquí nos llevaría mucho tiempo y probablemente cada uno llega por un camino distinto. Todos tenemos nuestra propia historia y el modo en el que hemos vivido en el pasado afecta a como vivimos el presente y probablemente cómo viviremos el futuro. Cada ser humano es una suma de experiencias.
Muchas de ellas las adquirimos de forma genética así que no todo lo que te ocurre o tu personalidad es controlable ni depende de los factores externos en los que te crías sino que ya lo llevas dentro. Curiosamente hay patologías hereditarias que son propias de gente ansiosa.
Por tanto, de algún modo, hay un grupo de gente que es ansiosa y que lo es de forma genética, ya viene determinado desde antes de nacer. Además los factores como el ambiente en el que nos criamos pueden afectar mucho a este tipo de personalidad. Si tenemos unos padres que no gritan, que nos exigen cada vez más es mucho más que probable que desarrollemos algún tipo de problema en este sentido.
La cosa está en que cuando enseñamos a nuestro cerebro a comportarse de una forma determinada él lo acepta como propio y ya solo sabe funcionar así. Es por ello que hay gente que cuando se enfada grita y otras personas en cambio no necesitan demostrar el enfado a gritos. Es educación. Y esto es algo que se puede cambiar. Prácticamente todos los comportamientos que nuestro cerebro automatiza podemos trabajar para cambiarlos.
Muchas personas, como tú, necesitan tener muchas actividades programadas para empezar a ponerse en marcha. Son los típicos que van viendo pasar los días y que solo estudian en el último momento antes del examen, pero es que aunque lo intenten antes no pueden hacerlo. Cuantas más cosas hacen más seguros se sienten y claro está más ansiedad generan. Ya sabes de qué te hablo.
De repente observas un día a la gente a tu alrededor y te sorprendes de que hagan pocas cosas, todo el mundo sabe que siempre andas de un lado para otro haciendo mil cosas a la vez y te dicen que te admiran, pero en el fondo piensan que estás como una cabra y que es normal que siempre se te vea tan ansioso.
Y no es que el resto de la gente no tenga muchas cosas que hacer sino que no se lo toman de esta manera. Aceptan que no llegan a todo y programan las actividades de forma que puedan llegar a todas o a casi todas. Una cosa es esforzarse puntualmente y otra muy distinta vivir siempre al límite de tus posibilidades.
Si esto es lo que te ocurre te propongo dos soluciones en una. En primer lugar planifica, pero solo una vez. Piensa qué es lo que tienes que hacer en una semana. Sé muy generoso con el tiempo, vas a tener que tener claro que podrás terminar cada una de las cosas de la lista sin correr y sin llegar con la lengua fuera. La idea es terminar la lista sin estresarse, por tanto vas a tener que dejar fuera cosas por fuerza. Uno de tus primeros objetivos es decidir qué es importante y qué no.
Sigue la planificación. Dedica el tiempo que has estimado necesario a cada actividad. Y ahora viene la segunda parte de tu tarea. Concéntrate. Prohíbete pensar en otras cosas. Al principio te resultará complicadísimo. No dejarás de mirar el reloj para ver si ya has terminado el tiempo que destinas a esta actividad, si vas según el horario establecido, te encontrarás pensando en lo que tienes que hacer después, en la lista de la compra… en cualquier otra cosa. Déjalo todo.
Es básico que dediques el tiempo por completo, al 100% a la actividad que estás llevando a cabo. Sin distracciones. Sin pausas para hacer momentáneamente otra cosa, ni siquiera pensar en otra cosa. Si te cuesta mucho ponte un cronómetro y destina ratos cortos a la concentración absoluta. Si estás doblando ropa en casa dobla ropa, sin pensar en nada más. Si estás estudiando estudia, sin pensar en nada más. Cuando termine el tiempo pasa a la siguiente actividad y dedícate por completo a ella. Sin pensar en nada más, disfrutando de la sensación de estar trabajando con toda la concentración y la intensidad que puedes.
Esto es en cierto modo un tipo de meditación, no va a ser fácil, pero fijando objetivos asumibles poco a poco lo conseguirás. Con esta «meditación del trabajar» conseguirás varias cosas:
– por una parte aprenderás a concentrarte y a obtener el mejor rendimiento
– por otra parte al no tener mil cosas en la cabeza y estar más centrado serás mucho más efectivo y no cometerás tantos errores
– además aprenderás a valorar el tiempo y a gestionarlo objetivamente
– te olvidarás de la ansiedad para entrar en el estado de meditación, no querrás dejar de hacer lo que haces y buscarás la manera de alargar el tiempo de «concentración» en lugar de buscar la manera de concentrar el máximo de actividades en el menor tiempo posible.
Si lo pruebas no te olvides contarnos si ha merecido la pena. Compartir nuestras experiencias nos ayudará a crecer a todos.
Para combatir la ansiedad y enfrentarte a ella del mejor modo posible te recomendamos este ebook con el que puedes aprender a Eliminar el estrés y la ansiedad.
Este articulo me viene fenomenal! gracias Domenec! voy a probarlo! Hay que aprender a calmarse y concentrarse. Saludos!