Te explico por qué sientes que todo el mundo te hace daño

© blinkingidiot

Hace unos días que os empecé a hablar de la ley del espejo. Se puede aplicar a muchas de las cosas que nos pasan. Es como un modo de explicarlas, pero no siempre de solucionarlas. Para poder solucionar determinadas cosas que detectamos con la ley de los espejos tendremos que trabajar cada una de esas cosas que detectamos. Por ejemplo lo más habitual es tener que trabajar nuestra autoestima. Pero también puede ser que nos encontremos con que debemos dejar a nuestro niño interior una libertad que no tuvo.

Me explico. La ley del espejo nos cuenta que lo que vemos en los demás es el reflejo de muchas de las cosas que nos han pasado o que no nos gustan. Te lo dicen así y empiezas a pensar qué relación tiene contigo determinadas cosas que te molestan y no siempre eres capaz de verlas. Hablaremos de ello en otro artículo, sobre cómo relacionar inputs con sombras. Y si te dicen que la ley del espejo es la que hace que todo el mundo con el que topas en tu vida te haga daño, te sentirás mucho peor todavía. ¿Entonces no puedes evitarlo?

Quererse a uno mismo es básico para que los demás te quieran. Pero no siempre es sencillo. A veces nos queremos mucho pero no somos capaces de aceptar nuestro lado negativo. En primer lugar todos tenemos un lado negativo. Piensa que todos somos perezosos pero tenemos más fuerza de voluntad que pereza, bueno no todos. Así que para que haya algo llamado fuerza de voluntad es necesaria la pereza. Sin pereza la fuerza de voluntad no tendría sentido. Espero explicarme. Así pues, la ley del espejo dice que todos tenemos sombras y luces y lo que nos molesta de los demás son nuestras sombras. Cuando sentimos que toda la gente que nos rodea o que hemos ido conociendo nos acaba traicionando es según la ley del espejo debido a que es lo que proyectas. Te quieres poco a ti mismo y buscas reafirmártelo en cada persona que conoces y en cada nueva relación que estableces. Por ello te recomiendo en primer lugar que acudas a un especialista en autoestima, como es nuestro curso: Cómo aumentar la autoestima.

Dice la ley del espejo que todos estamos conectados. Que existe una especie de red que no vemos que nos conecta a todos nosotros y los sucesos que tienen lugar en nuestra vida. Seguro que alguna vez has pensado que algo que te pasó en el pasado te resulta útil justo en este momento de tu vida. Y puede que en aquel momento no lo entendieras o no tuviera sentido pero llega un momento en que lo tiene. De todo aprendemos y por eso es fácil pensar que todo está conectado. Sin duda es un modo más de verlo.

Aunque no seas capaz de verlo así, que te parezca demasiado místico, puedes aplicar igualmente la ley del espejo en la que entenderás que cuando te encuentras con alguien y decides iniciar una relación con esa persona, da igual si es de amor, de amistad o de lo que sea, ves en esa persona cualidades y defectos.

© r ViaMoi

Elegimos a aquellos en quienes nos queremos ver reflejados y les indicamos cómo deberían tratarnos, aunque no lo digamos en voz alta. Nosotros somos los que marcamos nuestro destino. Intento explicarme. Cuando conoces a alguien sabes intuitivamente cómo tienes que tratarle y estoy segura de que no tratas por igual a todo el mundo. Hay algo en ti, en la relación, en la otra persona, en todo el conjunto de cosas que llevan a que le trates de un modo concreto. Que tengáis una relación especial, con palabras que sólo usas con esa persona o con modos de hablar o temas o lo que sea exclusivo para esa persona.

Cuando estamos convencidos de que todo el mundo nos trata mal nos acercamos a los demás, queramos o no, temerosos, faltos de seguridad. Lo hacemos sabiendo que va a acabar mal, que tarde o temprano esa persona te va a defraudar. Y claro está, llega.

Piensa si no estamos predisponiéndonos a ver las cosas de una manera determinada.

Podemos dividir el hecho de que sientas que alguien te falla o te haga daño en dos observaciones:

La primera es que como lo esperabas has ido acumulando y observando detalles que no te gustan. Si no les dieras importancia, lo vimos en el primer artículo sobre la ley del espejo, no podrías observarlos. Son cosas que pasarían totalmente desapercibidas, pero estás diseñado para detectar aquello que te molesta y quieres encontrarlo en todo el mundo ya que estás convencido de que te va a hacer daño. Por tanto buscas razones para confirmar tus sospechas y decirte a ti mismo que tienes enfrente a otra persona más, otro igual, de los que te hieren, queriendo o sin querer pero que son tan egoístas que siempre te hacen daño.

Y me dirás que tú no le pusiste esas palabras hirientes en su boca. No. Pero puede que sí. Y aquí viene la segunda observación. Nuestra parte oscura es detectada por los demás. Saben lo que nos duele, lo que nos hace daño. Lo habitual es que alguien cargue contra ti después de que le digas algo que no le ha gustado, algo que por otra parte puedes demostrar fehacientemente, así que es injusto que responda de modo ofensivo.

Bien, seguramente has tocado su sombra, le has detectado aquello que menos le gusta de sí mismo, seguramente por eso se acercó a ti y por eso te acercaste a él, la ley del espejo. Cuando nos sentimos heridos vamos a devolver el ataque y a herir a los demás, así que buscamos lo que sabemos que más le va a doler a esa persona y se lo decimos. No te lo reconocerá, pero con tu enfado, has tocado lo que más le duele y por eso te hace lo mismo a ti.

Nos topamos siempre con este tipo de relaciones porque tenemos el convencimiento de que nos va a pasar, porque como es lo que nos pasa siempre creemos que es lo que merecemos y como lo merecemos lo buscamos a través de la ley del espejo. Esto con una buena autoestima no te pasaría. Así que compra ahora nuestro curso Cómo aumentar la autoestima.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *