Gestionar las emociones

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Si crees que debes aprender a gestionar las emociones es que tienes algún tipo de problema con todas ellas o con alguna en concreto. En este artículo vamos a hablar de forma genérica cómo gestionar las emociones. En artículos posteriores iremos tratando una a una las distintas emociones a las que te puedes enfrentar.

¿Qué son las emociones? Dice la definición de la R.A.E que una emoción es una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.

Es lo mismo que decir que las emociones son el ánimo y las sensaciones físicas que nos producen determinados sucesos. La clave de todo esto es que todo depende de la importancia que le demos a cada cosa para que nos afecte de un modo o de otro.

Esto que a simple vista parece muy sencillo de entender y que no creo que nadie pueda discutir, es en realidad algo bastante difícil de practicar y de llevar a cabo. Somos conscientes de que las cosas tienen la importancia que queramos darle pero no somos capaces de relativizar ante lo que nos ocurre.

Gestionar las emociones implica mucho más que simple control de las propias emociones. Si aprendes a manejarlas y a entender cómo funcionan puedes ayudar a los demás en la gestión de sus propias emociones o conseguir en otras personas un estado emocional concreto. Si te interesa este tema deberías leer nuestro libro-ebook: Cómo convertirse en un maestro de las emociones

Gestionar las emociones de forma correcta o incorrecta nos puede llevar a conseguir nuestros objetivos de forma exitosa o por el contrario a alejarnos de ellos cada vez más. Debemos ser capaces de gestionar las emociones para enfrentarnos a problemas, conseguir nuestros objetivos (para ello es básico poder planificar y la gestión de las emociones tiene mucho que ver en todo esto), o para relacionarnos con los demás y superar el día a día.

Con la gestión de las emociones hablando de modo genérico, sin referirnos a ninguna en concreto, nos podemos encontrar con dos problemáticas.

Por un lado tendremos personas a quienes no resulta fácil identificar sus emociones o que se niegan a aceptarlas. Por otra parte tenemos a gente que no sabe relativizar y da una importancia desmedida a determinados hechos, cosa que les lleva a vivir emociones intensas que no saben cómo manejar.

También  nos encontraremos a personas que no saben cómo actuar delante de determinada situación, se bloquean con una emoción concreta o tienen unas pautas de conducta que no son recomendables. Estos casos los veremos en posteriores artículos, en los que analizaremos cada emoción de forma individual.

Si tienes problemas para identificar tus emociones y quieres superar todos los problemas derivados de ello  tendrás que hacer una introspección dentro de ti mismo y empezar a analizar qué estás sintiendo en cada momento.

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Puedo decirte que hay emociones negativas y emociones positivas. Y que para poder dejar atrás una emoción es necesario que primero la aceptes y la vivas. Si no aceptas tus emociones se quedarán ahí, sin salir y se mezclarán con el resto de sentimientos llegando a confundirte e imposibilitando que pienses y actúes con claridad. Simplemente se trata de conocer las distintas emociones a las que puedes enfrentarte y entenderlas. Entender que lo que sientes es provocado por una determinada situación a la que de das una importancia concreta es básico para aceptar y regular las emociones que vives a diario.

Para ello es bueno, incluso puede llegar a ser básico, que aprendas a describir tus emociones con palabras. Eso te llevará a analizar lo que sientes y a pensar y buscar la palabra más oportuna para describirlo. El hecho de categorizarlo de esta manera te ayudará a ver qué es lo que estás sintiendo. Luego trata de definir qué te ha llevado a sentirte como te sientes y analiza si realmente esta situación valía la emoción que has sentido y la reacción que has tenido.

Mucha gente responde de forma agresiva cuando se habla de ella misma o le hacen algún cumplido. Hay personas para quienes aceptar un reproche o una crítica es más fácil que aceptar un halago o un cumplido. Analiza si ese es tu problema y si la emoción que te genera determinada situación no debería llevarte a actuar de distinta manera.

Aunque este es el problema de mucha gente hay personas que no solo no aceptan las emociones de ningún tipo sino que viven ajenos a ningún tipo de manifestación emocional. Son aquellos que no se inmutan por nada, sea bueno o sea malo.

Si, por el contrario, o añadido a este primer problema, sientes que le das demasiada importancia a tus emociones y a las situaciones que las provocan tienes que aprender a relativizar. Para esto es necesario que aprendas a diferenciar entre lo que es realmente importante y lo que no lo es puesto que es la importancia que le damos a cada situación la que nos lleva a sentir las distintas emociones. Por otra parte tenemos la importancia que le damos a nuestras emociones en el peso total de nuestro comportamiento.

En un mismo día puedes tener motivos para estar contento o para estar enfadado. Si continuas enfadado tras tener una alegría o permites que una tontería por la que te enfadas estropee un buen día, tienes un problema. Le das más importancia a las cosas negativas que a las positivas. Aprende a relativizar. Cuando aprendas a no enfadarte por tonterías, o a no enfadarte más de lo necesario podrás ver las cosas desde otro punto de vista.

Esto también incluye por supuesto las emociones positivas. No hace falta exagerar, en ningún sentido. Dale a cada situación la importancia que le corresponde y acepta tus emociones con naturalidad.

Un buen ejercicio para que seas consciente de tus emociones y aprendas a lidiar con las distintas situaciones que las provocan y de paso a relativizar es, como hemos dicho, describir tus emociones con palabras.

Puedes hacerlo mentalmente o llevar un control en una libreta, esto último te ayudará a ver con el paso del tiempo el resultado de tu entrenamiento. Anota las situaciones con las que te enfrentas y describe la emoción con palabras. Puntúa del 1 al 5 la intensidad que crees objetivamente que debería tener la emoción que provoca la situación y luego puntúa la intensidad conseguida. A partir de ahí vas corrigiendo.

Si quieres saber más sobre las emociones te recomiendo comprar hoy mismo nuestro libro-ebook: «Como ser un maestro de las emociones«, con el que aprenderás a identificarlas, gestionarlas y producirlas en otros.

 

2 respuestas a «Gestionar las emociones»

  1. Que buena idea lo de escribir tus emociones de acuerdo a cada cosa que te sucede y calificar del 1 al 5, muy bueno el consejo!

  2. Hey Jack hace varios años salimos en Valencia con ML, como a crecido tu pagina aunque como comentario constructivo creo que debes seguir mejorando.
    Solo eso de todas formas esta bien.

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