Distorsiones cognitivas: el pensamiento polarizado

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El pensamiento polarizado es una de las distorsiones cognitivas más fáciles de detectar, por lo menos en otras personas. Siempre es bastante difícil detectar este tipo de comportamientos en uno mismo pero resulta sencillo verlo en los demás. Bueno, en general nos suele pasar eso, que nuestros defectos no los vemos y detectamos el más mínimo fallo en los demás, ¿verdad?

Este tipo de pensamiento se caracteriza por ser siempre extremo. Todo es blanco o todo es negro y la persona que sufre esta distorsión no alcanza a ver otros tonos de color, siempre se dice que entre el negro y el blanco hay infinidad de tonos de gris, pero estas personas no lo ven así. Para ellos algo es blanco al cien por cien o negro en la misma proporción. 

En primer lugar para superar estas distorsiones cognitivas hay que tener muy saneada la autoestima. Aprender a cuestionarnos y permitirnos tener errores que mejorar. Las ganas de mejorar implican aceptar que no somos perfectos pero también que no somos tan malos como creemos. La baja autoestima afecta al modo en el que vemos las cosas y es mucho más fácil afrontar retos como superar una distorsión cognitiva si confiamos plenamente en nuestras percepciones. Cuando nuestra autoestima sea fuerte podremos aprender a superar el pensamiento polarizado ya que no nos castigaremos por equivocarnos. Así pues, lo primero que te recomiendo es que sigas nuestro curso Cómo aumentar la autoestima con el que reforzarás aquellas áreas que tienes más flojas y podrás empezar a trabajar las distorsiones cognitivas.

En qué consiste el pensamiento polarizado

La persona que tiene el pensamiento polarizado es extremista. Sólo alcanza a ver los dos extremos de algo. Si hablamos de una persona, por ejemplo y se le preunta sobre si es buena o mala persona, sus respuestas serán absolutas: este es bueno, aquel es malo. No usará matices intermedios como aquel es bueno en determinados aspectos pero tiene aquello que no me gusta.

El pensamiento polarizado, por tanto, implica una forma de ver las cosas radical. Siempre blanco o negro.

Qué tipo de expresiones usan las personas con pensamiento polarizado

Este tipo de pensamiento nos lleva a hacer afirmaciones que implican palabras como: siempre, nunca, nada, todo… Veamos algunos ejemplos:

– Todo me sale mal

– Nunca me haces caso

– Siempre vas a la tuya

– No hay nada que yo pueda hacer

Su resumen de una situación siempre es determinante, no hay otras posibilidades más que las que se contemplan en ese momento y siempre son extremas. Como decíamos antes, las personas con pensamiento polarizado no entienden de matices, ni consideran que haya una graduación o puntos intermedios entre un extremo y otro.

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Cómo se vive con el pensamiento polarizado

Aunque antes hemos visto algunas frases que podría decir una persona con este tipo de distorsión cognitiva, vamos a ver ahora cómo se refleja el pensamiento polarizado en el día a día de alguien y cómo puede llegar a afectarle ver las cosas de esta manera.

Imaginemos a alguien que ha intentado algo y no lo ha conseguido. Será fácil oírle decir, si tiene el pensamiento polarizado, «todo me sale mal», probablemente seguirá diciendo algo parecido a «nada de lo que hago merece la pena», obviamente pensará que aunque se esfuerce no lo va a conseguir y que todo el esfuerzo realizado hasta el momento no ha servido de nada.

Consecuentemente tenemos una persona desmotivada que no es capaz de encontrar el sentido a sus esfuerzos ni aprender de sus errores, ni siquiera darse otra oportunidad de intentarlo.

Lo mismo ocurre cuando esa persona piensa en el resto de gente que conoce. Situará a todo el mundo en un extremo u otro. Para bien o para mal. Imaginemos a una persona que tiene un amigo que no ha estado a la altura en determinada situación. La persona con pensamiento polarizado pensará que su amigo nunca le echa una mano, que nunca está a la altura y que nunca va a estarlo. Además, es posible que añada algo así como que casi nadie está a la altura o que todo el mundo le falla. Si ya es una persona con baja autoestima eso servirá para reforzarlo: nadie me quiere, nadie me ayuda, debo ser muy mala persona para merecer esto, etc.

En el lado contrario también podemos poner ejemplos. Hay personas que siempre creen tener la razón y quien no ve las cosas como él las ve es que está equivocado. Así dirá que si no están con él es que están en contra.

Cómo se supera el pensamiento polarizado

Pues poniéndolo en duda todo. Buscando, esforzándote, en buscar los tonos de gris o intermedios en cualquier cosa. Intentando obtener un aprendizaje positivo de todo lo que hacemos. En el ejemplo de alguien a quien había salido mal algo se pueden sacar muchos aprendizajes si no pensamos aquello de «todo me sale mal». Podemos pensar que, cómo mínimo, ya conocemos un modo de no conseguir eso. Así pues podemos descartar ese modo y buscar otro en lugar de pensar que todo le sale mal. Lo sano es pensar: hecho de esta manera no sale bien, ¿cómo puedo hacerlo para que salga mejor?. Todo esfuerzo, además implica muchos más aprendizajes. Si el fracaso pasa por perder un trabajo, por suspender un examen o algo parecido siempre podemos pensar lo que sí sabemos. Vale, puede que no  haya sido suficiente, pero sin duda estamos más cerca de conseguirlo que al principio, el camino que tendremos que recorrer cuando lo intentemos de nuevo nunca será tan largo como el primero.

Es bueno intentar ponerse en la piel de la otra persona, si nos parece bueno o malo podemos imaginarle en otras situaciones, buscar algo, que seguro que lo hay, que rebate nuestra opinión, por tanto ya podremos decir que alguien es bueno al 90% pero malo al 10%. Buscar porcentajes es un modo bueno de no ser totalitario. Si algo es malo, nos podemos esforzar por encontrar una parte positiva. Cuando lo hagamos, buscamos otra y así hasta que podamos decidir que no hay nada más que buscar, y siempre habrá algo. Nunca lo conocerás todo como para poder tener el 100% de la verdad.

Como decía la autoestima es básica para poder afrontar este tipo de retos puesto que será más fácil pensar que nadie te quiere cuando alguien te falla, si tienes la autoestima baja que si la tienes en un punto correcto. Si está bien, es más fácil que pienses que la otra persona tal vez no ha sabido demostrarlo o que no te quiere pero que hay muchas otras personas que sí lo hacen. Cuando no le gustas a alguien no siempre tiene que ser tu culpa, por cada uno a quien no gustas o caes bien habrá alguien que piense lo contrario. Pensar de forma extrema ayuda a tirar tu autoestima por los suelos, por ello, te recomiendo que empieces reforzándola antes de atacar el resto de problemas, pues este ya solucionaría muchas cosas. Para ello te recomiendo nuestro audio curso Cómo aumentar la autoestima, en formato MP3, que podrás escuchar en cualquier parte.

 

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