Cómo ser más líder que jefe

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Hoy quiero hablar un poco más sobre lo que inciábamos hace unos días en el artículo cómo ser líder aunque no seas el jefe, en el que comentábamos que un jefe cuenta con la jerarquía (la obligación que tienen todos de obedecerle por estar más arriba) como parte fundamental de su día a día. Pero no por ello tienen que ser buenos jefes, una cosa es que por miedo y por obligación todos te obedezcan y otra muy distinta es que un equipo se deje dirigir por ti y confíe en tu modo de hacer las cosas.

Hay una gran diferencia entre mandar y liderar. Uno manda y no deja que los otros cuestionen nada, no tienen derecho a opinar y hacen las cosas que les dicen cómo se las dicen, con eso lo que se consigue es que la gente no trabaje a gusto y que se repriman la creatividad y las buenas ideas. Si no das opciones a cuestionar nada de lo que dices o de lo que haces serás incapaz de aprender nada nuevo.

Vimos que un líder es alguien con capacidad creativa y muchas ganas de aprender y mejorar, un jefe puede ser perfectamente un líder, y conseguirá tener el respeto de su grupo o equipo por ser un buen líder y no por ser el jefe. Esto de «porque lo digo yo» no genera amistades, ni tampoco garantías de que lo que tú digas sea lo mejor que se puede hacer, así que te recomiendo que si eres jefe trates de convertirte en un buen líder y no uses las imposiciones más que cuando sean necesarias, que a veces lo son. Puedes aprender a sacar lo mejor de ti y a que los demás te vean como una persona carismática en nuestro vídeo curso «Cómo ser un buen líder, liderazgo carismático«. Te lo recomiendo para completar tus habilidades directivas, nunca está de más.

Cosas que tienes que mejorar para ser más líder que jefe

En primer lugar, igual que recomendamos esta habilidad para ser líder sin ser el jefe, la necesitas si quieres dejar de ser visto simplemente como el «jefe» y empezar a ser considerado como uno más del equipo. Esto es súper importante ya que el equipo no cree que formes parte de él sino que simplemente lo dirigies, si lo haces con mano dura menos te considerarán parte de ellos.

Así pues, lo primero que tienes que conseguir es sentirte miembro del grupo, no hace falta que seas amigo íntimo de tus trabajadores pero sí que te sientas uno más entre ellos, es la única forma de que ellos crean y vean que forman parte del mismo todo que tú y te consideren un miembro más del equipo.

Tu objetivo debería coincidir con el suyo. Si es la productividad deberías conseguir que el grupo se sienta implicado y necesite aumentar la productividad para sentir que cumplen con su cometido, pero para todo esto es muy necesaria la comunicación. Una buena comunicación hará que tus relaciones con el resto de personas de la empresa y del equipo fluyan mejor. En primer lugar porque serás capaz de comunicar las necesidades de un modo que para ellos sean también importantes y en segundo lugar porque abriendo una buena vía de comunicación con ellos romperás barreras y te acercarás al grupo. Estar siempre dispuesto a hablar sobre un tema, a dialogar sobre los procesos y a ofrecer cuanta más información mejor a los trabajadores es un buen sistema para que se sientan como parte del equipo.

En segundo lugar tienes que ser humano. Ellos son personas, como tú, pero probablemente tienen menos suerte que tú en ciertos aspectos, sí, es posible que estés sometido a mucha presión y que si pierdes el trabajo tengas problemas muy graves, exactamente igual que ellos que no cuentan normalmente con el mismo sueldo que el jefe, ni con la satisfacción de haber conseguido algo mejor en la vida, como tienes tú.

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Sé generoso con ellos, intenta que se sientan valorados, bien tratados, entiende sus circunstancias personales y las diferencias de cada uno de ellos, aprende a aprovechar lo mejor de cada uno y a repartir el trabajo de modo que se vea favorecido por sus capacidades.

Ser humano y comunicarse bien ayuda mucho a que seas receptivo a las sugerencias del equipo, escúchales ya que ellos muchas veces lidian con problemas de los que tú no eres consciente, el proceso es algo que se escapa a los jefes que solo miran el resultado. Preócupate por el proceso y porque los trabajadores tengan las mejores herramientas posibles, si exiges algo sin conseguir que cuenten con lo necesario para llevarlo a cabo se sentirán frustrados.

Por ejemplo si el programa informático es un desastre y depende de ello una productividad determinada igual tienes que luchar porque se cambie el programa informático o ser más tolerante con la productividad, del mismo modo puedes escuchar ideas para mejorar procesos y ver cómo lo llevarían ellos a cabo. Permitir que sean creativos y que se salgan de lo establecido, es decir, siendo flexible en lugar de rígido, conseguirás que se sientan mucho más motivados. A veces vale la pena correr riesgos ya que puede variar el resultado.

Los logros son del equipo y los fracasos son tuyos. Sé generoso en eso también, acepta que no fuiste un buen líder cuando no conseguiste motivar al equipo para hacer lo que hacía falta o bien que tu exigencia era demasiado elevada para ser realista.

En pocas palabras, ponte en la piel del otro.

Ser un buen jefe es posible si consigues ser un buen líder, tener carisma es el mejor modo de comunicar y de convencer, ya que la gente confiará en ti y lo que querrán es ser como tú. Si consigues que tus trabajadores te admiren te habrás convertido en un líder y te pueden admirar por tu capacidad de gestionar no hace falta que tengas un método exclusivo que sólo puedas llevar a cabo tú, simplemente sé humano, comunica bien y ten en cuenta la creatividad y la flexibilidad para hacer que el equipo cohesione mejor. Te contamos muchos más trucos en nuestro vídeo curso «Cómo ser un buen líder, liderazgo carismático«.

 

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