Cómo hacerte oír sin gritar, practica la asertividad

© Orange Steeler

Podemos hablar de la asertividad desde dos puntos de vista dintintos. Aunque los dos puntos de vista afectan tanto a la persona asertiva como a las personas con las que se topa, podríamos decir que se puede ser asertivo para uno mismo y para los demás.

Me explico: eres asertivo para ti mismo, cuando eres capaz de decir que no, sin complejos, sin problemas, sin miedo. Por otra parte eres asertivo con los demás cuando les tratas de forma respetuosa, dices lo que tienes que decir y lo haces sin gritar ni ningún tipo de agresividad en el tono de voz o en lo que dices. No se trata solo de no gritar sino de que lo que dices no ofenda. Los pasivos agresivos son los que no gritan, no se enfadan, pero que después de una frase aparentemente inocente, con otra, te clavan la puñalada.

La asertividad es algo que todos deberíamos practicar y conocer, pero que no nos entrenan específicamente para ello. Es un don que mucha gente no tiene así que ni siquiera podemos aprender del ejemplo de nuestros padres. Es frecuente que tengas una madre agresiva y un padre pasivo o al revés, o que los dos sean pasivos… si te gritaron de pequeño, por ejemplo, es fácil que hayas aprendido a relacionarte con los demás según estas pautas, por ello te recomiendo nuestro audio curso Cómo ser asertivo en el que comprenderás perfectamente de qué se trata y podrás aprender a dar el paso hacia la asertividad.

Gritar es la mejor manera de perder la razón. Lo habitual es que las personas que reciben gritos se bloqueen, si reciben gritos responderán con gritos o con indiferencia. Hay personas que no soportan los gritos y no escuchan a los que lo hacen, se van, o se quedan pero sin prestar atención. Por mucho que estén allí presentes. Otras, se enfadan cuando les gritan y gritan más todavía. En ese punto ambas personas ya han perdido la razón. La razón hay que tenerla con motivos objetivos pero también con la forma de expresarse.

Por otra parte, si quieres que te respeten, tendrás que hacerte respetar y respetar a los demás. Alguien que grita ni se está haciendo respetar ni está respetando a los demás. Si gritas faltas el respeto e invitas a los demás a que te contesten gritando, lo que se convierte en una falta de respeto en si mismo, hacia ti y los demás. ¿No te parece?

Muchas personas tienen la costumbre de levantar la voz y dicen que no gritan hasta que sus decibelios son muy altos, pero para los demás ya hace rato que han empezado a gritar. Haz caso de los demás si te dicen que gritas y tú no lo consideras así.

Déjate aconsejar y prueba a bajar un poco el tono de voz. ¿puedes? entonces gritabas. Ves probando a hablar cada vez más bajo, un tono más cada vez. Lo normal es que podamos bajar varios tonos de voz aún y cuando decimos que no estamos gritando.

Aprende cuál es el tono de voz deseado y practica tanto como puedas. Hazlo cuando estés emocionado o contento, cuando tengas algo que objetar, algo interesante que contar… aprende a demostrar tus emociones con un tono de voz bajo y siéntelo como natural en ti. Solo así podrás evitar gritar cuando te enfadas.

Para el tiempo de transición, mientras no tienes el nuevo tono de voz más bajo todavía integrado te recomiendo que intentes no entrar o participar en discusiones cuando te sientas en caliente. Evítalas todo lo posible para evitar gritar ya que entonces no dejará de parecerte nunca normal.

Aléjate de las discusiones, sal del lugar. Explícate si hace falta. No, es que no quiero gritar. Poco a poco tienes que conseguir que tu primera respuesta ya la des en un tono de voz que no sea alto. Mientras no lo consigas yo me dedicaría a hacer «tiempo fuera», se trata de dejar las conversaciones cuando se vuelven agresivas (gritar es ser agresivo) y retomarlas cuando volvamos a estar tranquilos. Se dejan y se retoman las veces que haga falta hasta que seamos capaces de darla por terminada y sin gritar.

Ojo, en esto es importante saber perder. A menudo, cuando ya hemos expuesto nuestros motivos, el otro los ha comprendido, pero no está de acuerdo no podemos hacer nada más. Se trata de hacernos entender no de convencer al otro. Debemos respetar que las otras personas tengan opiniones, puntos de vista o necesidades diferentes a las nuestras.

Sólo así conseguiremos ser asertivos. Si alguien te quiere convencer de algo y expones tus razones, para no hacerlo o para no pensar como esa persona, la discusión se puede dar por finalizada. No siempre es posible llegar a un acuerdo. A menudo necesitamos más tiempo o simplemente es un tema en el que siempre va a haber desencuentro.

Lo que es básico es que identifiques las situaciones en las que sueles gritar para estar prevenido y poder evitarlas o evitar responder de manera no deseada. Encuentra la manera de desahogarte, o sentir el alivio, que encuentras cuando gritas, sin gritar. Busca señales que te ayuden a determinar cuándo empezarás a gritar para poder evitarlo y no responder de la forma que no quieres responder. Si no te ves con fuerzas de no gritar, sal de la situación y no respondas. Siempre puedes informar a las otras personas de que te has propuesto no gritar y que necesitas tiempo para contestar.

Los malos hábitos cuestan mucho de cambiar así que ten paciencia y trata de conseguir pequeños objetivos. No te marques metas muy altas o no podrás superarlas y la frustración no te ayudará a seguir por el buen camino. Felicítate por tus logros y siéntete satisfecho de todo lo que has conseguido.

Aprende más sobre la asertividad para poder dar un cambio a tu personalidad, es necesario para la buena relación con los demás. Si no sabes por dónde empezar, te recomiendo nuestro audio curso Cómo ser asertivo con el que lo aprenderás todo y verás como cambiar, con esfuerzo y ganas, siempre es posible.

 

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